La Historia de "Las Casuarinas"
Por Jaime Fernández Concha, residente desde 1969

Todo comenzó allá por los años 50, cuando un par de buenos amigos, Daniel Carter y Gastón Tweddle se pusieron de acuerdo para probar suerte sembrando alfalfa en un terreno de 30 hectáreas en la parte baja de las laderas desérticas del cerro San Francisco, en terrenos que compraron a don José Agustín de la Puente Olavegoya, en lo que hoy es la urbanización Las Casuarinas. Con gran entusiasmo, hicieron un pozo donde hoy está La Casita y encontraron agua a 12 metros, pero lo profundizaron hasta 60 m. por razones técnicas.

El terreno se convirtió en la "chacrita" que ellos denominaron LAS CASUARINAS, por la gran cantidad de dichos arboles que sembraron como cortavientos. Los linderos de la parte sembrada con alfalfa, se extendían entre lo que hoy es el límite con la urbanización Huertos de San Antonio y la actual calle Las Laderas. El negocio prosperó y un grupo de aficionados a la hípica comenzó a comprarles alfalfa y vinieron a montar a caballo por la "chacrita" y alrededores. Pronto, les pareció que el lugar, aunque muy alejado de la zona urbana, era aparente para construir "boxes" para sus caballos, proponiendo la compra de 10,000 m2 con esa finalidad. El negocio no prosperó, pero la idea de urbanizar la zona comenzó a germinar en la mente de los esposos Carter.

Por ese entonces, ya otros inversionistas visionarios, compraron terrenos vecinos a LAS CASUARINAS. Al fracasar la venta de los 10,000 m2, la esposa de Dan Carter, la señora Gisela Zapff Dammert concibió conjuntamente con Dan, diseñar una urbanización, lo cual plasmó y completó a fines de 1955. Así, los esposos Carter fundaron de inmediato la "Compañía Urbanizadora Las Casuarinas de Monterrico S.A." para poder materializar su proyecto. Paralelamente, después de largas reuniones, Dan Carter logró poner de acuerdo a los propietarios de los terrenos vecinos, lanzándose a la construcción de pistas y sistemas de agua durante 1956. El primer entusiasta comprador en 1957, fue el señor Juan Gildemeister y, posteriormente, un grupo de alemanes, entre los que recordamos a las familias: Anders, Schreus, Peter Paz, entre otros.

El acceso a la Urbanización Las Casuarinas, para venir actualmente desde Miraflores o San Isidro, es muy simple, pero en 1956, el único camino disponible, era la carretera a la planta de cemento Atocongo, que se iniciaba en Surquillo, en el cruce de Primavera y República de Panamá y llegaba a lo que es hoy la Panamericana, para luego dirigirse a Atocongo. En esa época todavía estaba en funcionamiento el ferrocarril Lima - Pachacamac, pero sólo se utilizaba el tramo Atocongo - Maravillas, para el transporte de caliza.

Esta es la historia de los inicios de una urbanización, única por su estilo y características, en nuestra querida Lima. La ausencia de muros perimetrales de ladrillo, que en Casuarinas son sustituidos por hermosos cercos vivos, le da gran prestancia a la urbanización, que hoy es admirada por propios y extraños. Esta es también, la historia de un gran señor, un visionario y arriesgado empresario, quien no cejó en sus esfuerzos hasta que vio realizado su sueño. Así es que, gracias a su enorme simpatía, su poder de convencimiento y a la colaboración de su esposa, la arquitecta Gisela Zapff, todos los residentes tenemos hoy una deuda de gratitud con Daniel Carter, por haber visionado, diseñado y construido un lugar tan placentero y seguro para vivir.

Dan Carter y su esposa Gisela